En esta sala se recuerda a quienes llamamos con orgullo los Héroes del Riñihue. Eran hombres de aquí mismo, vecinos y trabajadores que, tras el gran terremoto de 1960, enfrentaron una amenaza inmensa: el lago Riñihue estaba contenido por tres grandes tacos de tierra que podían ceder en cualquier momento. Si eso pasaba, el desborde arrasaba con todo lo que encontrara río abajo, incluyendo a Los Lagos y Valdivia.
Más de 450 hombres se pusieron al frente de esa tarea titánica. Con 27 bulldozers y tractores, trabajaron sin descanso, abriendo canales de evacuación para que el agua encontrara su camino de manera controlada. No había certezas, solo el miedo de que en cualquier momento todo se viniera abajo.
Pero lo hicieron. Con valentía, con esfuerzo colectivo, con esa fuerza que solo da la urgencia de proteger la vida propia y la de los demás. Gracias a ellos, el lago no destruyó lo que estaba más abajo. Hoy, su memoria es un patrimonio vivo de nuestra comunidad, un ejemplo de lo que podemos lograr juntos frente a la adversidad.