Bienvenido al hall de entrada que hoy lleva mi nombre, Florinda Miño Fuentes. Yo me dediqué toda mi vida a las artesanías: desde el tejido a palillo y crochet, hasta el huso y la rueca. En el año 2010 tuve el honor de ser reconocida como Maestra Artesana de la Región de Los Ríos.
Aquí, frente a nosotros, está el mesón de la entrada. En mis tiempos era el lugar donde se vendían los boletos de la estación. Solo imagina la cantidad de personas que pasaron por aquí, entrando y saliendo, desde 1907 cuando esta estación fue inaugurada como parte del plan trasandino.
Ese plan soñaba con unir Valdivia con San Martín de los Andes. Y todo comenzó aquí, en Los Lagos, con el querido “tren chico”, como lo llamábamos por lo angosto de sus vías. Un tren que marcó la vida y la memoria de este lugar.
Tengo a mi alrededor obras y objetos que podrían interesarte. De la artista Malu Marchan, hay piezas en honor al legado del escritor Avelio Toledo en artes visuales. Y te recomiendo mucho mirar ese libro que está bellamente construido por Fernanda Sánchez; de verdad, es un pequeño tesoro.
También están los pupitres de la Escuela N° 38, que hoy es la Escuela Francia. Están aquí para recordarnos que el tiempo pasa… pero también para que nos riamos un poco de cómo alguna vez nos sentábamos en ellos. Junto a los pupitres, está la campana que encontraron enterrada por allá, en Lipingue, de la primera escuela del sector. Y, por su puesto, una réplica de las balsas del río San Pedro, que nos recuerda a esos hombres valientes que bajaban río abajo transportando maderas, con esfuerzo y mucho coraje.
Si miras con atención, por ahí, blanca y discreta, está la maqueta inicial de este lugar… la idea original de todo esto. Y si quieres más contexto, la placa histórica está justo detrás de la escalera, esperando que la leas con calma. Créeme, es solo el comienzo de muchas historias que te esperan aquí.